Sólo vine a ver el jardín...

Este proyecto toma como punto de partida la obra poética de Alejandra Pizarnik. El cuerpo de la protagonista es el cuerpo a través del cual hablan y cantan las voces que poblaron los complicados intersticios existenciales de la vida-obra de Alejandra Pizarnik; porque su obra es la fusión indisoluble entre vida y literatura; ese cuerpo real atravesado por las claves secretas de la vida, por la angustia existencial, la búsqueda de una verdad trascendente, la nostalgia de la inocencia perdida, la exaltación y el sombrío escepticismo, que lograron conformar a ese “otro” cuerpo poético al cual se fusionó hasta desaparecer. palabras. El “jardín” es para Alejandra Pizarnik, el lugar de las, el infierno blanco: antesala del silencio. Ese espacio deseado, hurgando hasta ser atravesado y llegar a su revés, al otro lado del espejo; porque como dice Olga Orozco: detrás de todo jardín, hay un jardín. Y hacia allí fue su destino. La obra propone desde la voz hablada y cantada recorrer la materia significante y sonora de las palabras. Mientras la música nos acompaña en el recorrido de este camino poético.
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