La Espera Trágica

Un grito mudo. Ella no puede hablar. Está esperando algo. Sí puede hablar. Todo se mezcla y se deforma, se desvincula. ¿Y por qué no habla? Algo pasa con la gente. Algo pasa con las palabras: se acumulan, se enfrían y se congelan. A partir de La espera trágica de Eduardo Pavlovsky, exploramos la saturación de información infinita, contradictoria y caótica. Manipulando el sentido, la acentuación, el ritmo y el modo de las palabras, todo se mecaniza y va perdiendo materialidad y sensibilidad.

La imposibilidad de comunicarnos nos hace invisibles, no hablamos para no quebrarnos, para no entregarnos a la furia de un infierno que nos angustia, que nos parte.

La Espera Trágica es la fisura en el tiempo de la desesperación en la humanidad, en la velocidad, en la ansiedad, en la palabra y en la letra. Donde el sentido está perdido, escondido, tapado y la verdad no existe. Es la espera a quebrar ese hielo, que se derrita ese robot construido para que aparezca, al fin, algo humano.