La Biunda

Inmigración piamontesa, campo santafesino, 1910. Mientras el mundo adulto avanza sin tregua por el camino de una prosperidad sin límites, de una abundancia siempre creciente, de una acumulación constante de bienes materiales, Biunda se asoma a lo que significa ser mujer.
En una comunidad apuntalada en los mandatos ancestrales, los personajes son víctimas de un orden que los trasciende, ante el cual no existen posibilidades de fuga. En un universo donde todas son respuestas, donde no existe lugar para las preguntas, el cuerpo es para Biunda el único lugar posible para inscribir su disenso.
Tres actrices y dos actores cuentan el cuento. Construyen la historia de Biunda, configurando una fuerte metáfora polisémica.
Con enfoque lúdico/antropológico, la dramaturgia se constituye apelando a la ancestralidad tanto del mundo representado como de los registros actorales, convocados por Carlino en su material y desplegados por la puesta con naturalidad.
Sainete, grotesco criollo, melodrama, tragedia: registros a los que se procura potenciar y matizar mediante –entre otros recursos- la metonimia visual, el extrañamiento gestual, las antiguas canciones piamontesas, y la inscripción de huellas biográficas de actores y actrices en los personajes.