Mi querida Josefina

Esta fábula tiene como protagonista a Josefina, una esposa tranquila y burguesa que encuentra en sus sueños la válvula de escape para aquellos deseos que reprime durante su existencia diaria.

"El tema supone también una finalidad educativa, que puede resumirse en la dinámica del alma, obligada por las circunstancias a mantenerse en permanente agitación, a intentar el movimiento que entraña la evasión de la soledad interior pero constreñida - no obstante- a la quietud que le imponen las ataduras morales y los convencionalismos de una sociedad fundida dentro de este baile epidérmico llamado twist, que se interpreta mediante las más variadas y violentas contorsiones, mas sin que los danzarines cambien de lugar. Algo así como la desesperación interior traducida en espasmos, que no consiguen, empero modificar la ubicación del ser en el diagrama de propias y ajenas limitaciones...Si bien no se pretende un tratamiento filosófico para una comedia musical, es lógico esperar que la puesta responda al pensamiento e intención autoral por lo menos en lo esencialmente básico...Alba Castellanos jugó su papel con entusiasmo. Alberto Lima pudo penetrar más íntimamente en el cinismo de su personaje, Susana Fernández Anca compuso bien. Esmeralda Berard, discreta. Eduardo Sánchez Torel, un tanto desteñido y Alejandro Holst, el mejor trabajo, sobre todo en la parodia del baile flamenco. Carlos Marzán al piano y Bruno Schaub en percusión dieron una correcta versión de la interesante partitura de Liliana Paz, integrada por trozos pegadizos de corte norteamericano." Clarín

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