Samertaim

Samertaim

(Tiempo de Verano)

Tu lucha representa un canto de amor a la humanidad

1983. Mar del Plata. La Feliz. Promesa de eterna liviandad untándose el bronceador de la nueva libertad. Una lucha a destiempo. Ser uno mismo.

Un ejercicio teatral me lleva a indagar en mi biografía. Busco entre mis cosas y encuentro un cassette viejo de mi mamá con una grabación del monólogo final del personaje de José Sacristán en la película “Solos en la madrugada”. Del otro lado hay canciones en vivo de Mercedes Sosa y Victor Heredia. Me acuerdo, es un cassette de los ochenta. Me acuerdo del grabador en el que se escuchaba, de la música que le gustaba a mis viejos, del pasacasete del auto, de los viajes a Mar del plata, me acuerdo de Alfonsín, de los joggings que usábamos con mi hermana, de mi mamá encerrada en su cuarto llorando por el levantamiento de los carapintadas. Me dejo llevar por ese disparador sensorial y comienzo a escribir una ficción, un recuerdo que nunca existió, una alusión a esos primeros años de la década en que nací. Dejo que el texto sea invadido por voces provenientes de la cultura pop, de clichés políticos, del imaginario revolucionario, de la telenovela, de cierta tradición del cine y el teatro nacional, de lo sobrenatural… Entonces un fantasma comienza a hablar, se muestra, se deja interrogar. Habita el espacio, los cuerpos. Los poseídos se envanecen, patalean, cantan, bailan, repiten, lloran. Intentan y fracasan. Intentan y fracasan. Esperan y cantan una canción – Silvina Ganger