Amores bizarros

La acción de esta comedia transcurre en un estudio de radio en el que se realiza una emisión frente a un público presente. El conductor principal del programa es un psicólogo algo inoperante, preocupado por la ausencia de auspiciantes y la necesidad de que sus panelistas, algo desordenados, lo acompañen con eficacia en esta empresa, dónde para él se juega su propia realización.
Con el fin de agradar y atraer al público, en el programa se da cabida a llamadas de los oyentes que tengan la intención de concretar vínculos sentimentales, y también cualquier otro intento de captar la audiencia, incluyendo un radioteatro de argumento disparatado, y hasta recetas de cocina.
El conductor llega a tolerar las desajustadas participaciones de sus integrantes, con la finalidad de llevar al programa adelante, lo cual culmina con la inclusión de propuestas peudorreligiosas, que originan un disparate místico.
La propuesta de la obra gira, por lo tanto, en situaciones hilarantes que en última instancia destacan el afán de cada uno de sus integrantes por lograr protagonismo, y el esfuerzo al que muchas veces conduce el hecho de querer llevar una empresa adelante.