Roberto “Tito” Cossa, su autor, la define cómo un "grotesco moderno”.Es la historia de tres ex maestros jubilados, los hermanos Alberto, Federico, y Olga, esposa de éste último, que habitan una casa antigua y clásica en el barrio Rocamora. Casa que construyera su abuelo y que recibieron como herencia al morir sus padres. Se criaron en ese barrio y cuando se casó Federico, su esposa Olga se incorporó a la casa. Los hermanos, muy unidos, aunque distintos, vivieron en la dulce competencia de la adolescencia.
Tanto en las relaciones con las chicas, como en el deporte. Perdidos en el tiempo están los errores de la juventud, hechos que ahora resultan borrosos en el recuerdo. Ambos tienen en su pasado algo no muy claro que nunca fue blanqueado. Como que uno algo oculta y el otro algo ignora.
Se puede agregar que es una historia donde confluyen un gran conglomerado de metáforas que muchas veces pasan por el absurdo y el humor negro. A través de sus personajes asistimos a una vigorosa descripción de las tareas y límites de la gran clase media que constituyó el núcleo de acción de este gran país.
Con una formación que muchas veces cae en la hipocresía que oculta, entre otras, la discriminación racial y de clases. Todo enmascarado en una supuesta formación democrática. El paso del tiempo, el envejecimiento físico y ya sin ideales, si alguna vez lo tuvieron, con frustraciones de proyectos que ya no se cumplirán. Sólo queda esperar la muerte, que por suerte nadie sabe cómo ni cuando llegará.
Aislados de todo y de todos, el único refugio posible es caer en el dominio de los medios de comunicación, la radio y la televisión. Medios que encierran tanta hipocresía como sus vidas. Medios donde impera las noticias de lo “malo” (muertes, accidentes, etc) o de lo obsceno, sobre lo “bueno”, que también lo hay pero que no vende. Y ahí llegan los “Años difíciles” Comienzan a devorarse unos a otros y surge el silencio y el incomunicación de los que conviven. Todos estos aspectos son tratados con admirable poder de síntesis en esta pieza que se desarrolla mediante un lenguaje directo, ameno, donde no falta el humor y la ironía, provocando la respuesta espontánea y placentera del público.